Ordenando el bien y prohibiendo el mal no hay amigos para el creyente. Mandamos hacer el bien, nos insultan y calumnian nuestro honor, y encontramos a la gente del mal ayudándoles a esto, hasta que por Allah me han acusado de grandes cosas. Por Allah, no dejaría de realizarlo (es decir, ordenar el bien y prohibir el mal) por estar a la derecha de ellos "
[Al-'Itisaam - por Al-Shatibi]

martes, 15 de febrero de 2011

OMAR IBN AL-JATTAB (Alá se complazca con él)


OMAR IBN AL-JATTAB

(Alá se complazca con él)

1- “Alá ha puesto la verdad en la lengua y en el corazón de Omar"- Hadiz

Su nombre era Omar Ibn Al-Jattab Ibn Nafil Ibn Abdul-Uzza, estaba emparentado con el Profeta de Alá r a través de Kaab Ibn Lua. Pertenecía a la tribu de Qureish llamada Bani 'Ada.

Cuando Omar t abrazó al Islam, el Enviado de Alá r lo apodó: "AL Faruq" (quien distingue el bien del mal, y la verdad, de la mentira) y el día de la batalla de Badr lo apodó: Abu Hafs (hijo del león)-

Nació Omar Ibn Al-Jattab t trece años después del Profeta r y vivió también trece años después de la muerte del Mensajero r, murió (como mártir) a los sesenta y tres años, tal la edad del Enviado r y la de su compañero Abu Bakr t, siendo sepultado junto a ellos.-

Desde pequeño le inculcaron la valentía, la pujanza, y la audacia. Fue un hombre fuerte que jamás temió de nadie, tal como lo describieron:

- Si habla se hace escuchar, si camina lo hace rápidamente, y si golpea lastima

Omar t fue arrogante durante su incredulidad y hombre prominente en el Islam.

2 - LA ISLAMIZACIÓN DE OMAR

Conocía el Enviado de Alá r la personalidad de Omar t y la magnitud de su fuerza, como también, el prestigio y la influencia que gozaba Abu Yahl (Amru Ibn Hisham). Por esto pidió a Alá, glorificado sea, que fortaleciera al Islam con quién más amara de estos dos hombres: Omar Ibn Al-Jattab o Amru Ibn Hisham. Y quiso Alá socorrer al Islam con el más amado para Él: Omar Ibn Al-Jattab t-

En una ocasión, salió Omar de su casa con su espada (siendo hasta entonces, uno de los enemigos más acérrimos del Islam), en dirección de Dar Al-Arqam - casa, sobre la colina de Safa, en las inmediaciones de la Kaaba- donde se encontraba el Enviado r y un grupo de sus compañeros, entre ellos: Hamsa, Alí y Abu Bakr, recordando y adorando a su Señor en secreto, temerosos del daño que pudieran causarles los incrédulos. En su camino encontró a Na'im Ibn Abdullah, quien observando la furia en su rostro, se acercó temeroso y le preguntó:

- ¿Hacia dónde te diriges Omar?

- En busca de aquel renegado que dividió a los Qureishíes e insultó a sus dioses, lo mataré -

-Na'ím: - ¡Qué mísera será la obra que realizarás, Omar! –

-Omar: - ¿Acaso has renegado tú también? Si lo has hecho, juro por Al-lat y Al-Uzza (dos divinidades árabes pre-islámicas) que empezaré por ti –

-Na'ím:- Házlo Omar, pero debes saber que tu hermana Fátima Bint Al-Jattab y su esposo Sa'id Ibn Zeid han abrazado al Islam, abandonando tu religión

Acrecentó esto, aún más su furia, y de inmediato cambió de dirección. Al llegar, a casa de su hermana, esta se encontraba con su esposo y con Jabbab Ibn Al-Arat. Tenían en sus manos un pliego con aleyas del Corán, que recitaban y estudiaban. Al advertir su presencia, Jabbab se ocultó temeroso, mientras Fátima y su esposo lo recibían en la puerta, ocultando ella, los pliegos con las aleyas.-

- Dijo Omar: - ¿Qué es aquello que escuché? –

- Nada, solo una íntima discusión -.

- Omar: - escuché que habéis renegado de nuestra religión"…-

- Dijo Sa'id: - ¿Acaso no pensaste, que la verdad puede estar fuera de tu religión? -

Sin dejarlo concluir, Omar se abalanzó sobre él, derribándolo y sentándose sobre su pecho; intentó su hermana acercarse para defenderlo, recibiendo un golpe que hizo sangrar su rostro y sollozando gritó:

- ¡Enemigo de Alá! Me golpeas por mi fe en el Alá único; lo que no había hecho hasta ahora lo haré en este momento, atestiguo que no hay otra divinidad salvo Alá y atestiguo que Muhammad es su Mensajero -.

Impresionaron intensamente estas palabras, llenas de luz y de fe, en el corazón de Omar. Cambió incluso con ella su tono de voz, liberando súbitamente a Sa'id de su incomoda posición y extendiendo su mano hacia su hermana le dijo:

Acércame ese pliego para ver qué hay en él. Esta respondió:

-¡No! ¡No pueden tocar al Corán sino los purificados! Higienízate y purifícate -. Omar así lo hizo, regresó junto a su hermana y comenzó a leer el pliego que decía:

“En el nombre de Alá, Clemente, Misericordioso Ta, Ha, No te hemos revelado el Corán para que te entristezca si no, como recuerdo para quien tiene temor de Alá. Como revelación de quien ha creado la tierra y los altos cielos. El Compasivo se ha establecido en el Trono. Suyo es lo que está en los cielos y en la tierra, entre ellos y bajo la tierra. No es preciso que te expreses en voz alta, pues Él conoce lo secreto y aún lo más recóndito ¡Alá! No hay más dios que Él. Posee los nombres más bellos”. (20:1- 8)

Al concluir su lectura, tomó Omar el pliego y lo besó. Se incorporó y dijo: -

Cuanta belleza hay en estas palabras y cuán sublime es su mensaje...No es pertinente que, a quien correspondan estas aleyas, le sea asociado en su adoración.... ¡Guiadme ante Muhammad!

Al escuchar estas palabras, Jabbab Ibn Al-Arat t salió de su escondite y dirigiéndose a él, exclamó:

- Alégrate Omar, pues el ruego del Enviado de Alá por ti, fue respondido-.

Esto ocurrió en el quinto año de la revelación.-

Tomó Omar t el camino hacia la colina de Safa donde se encontraba Dar Al-Arqam y allí, frente al Enviado de Alá atestiguó:

“No hay más divinidad que Alá y que Muhammad es su Mensajero".-

Omar el enemigo acérrimo, se convirtió en Omar Al Faruq, ingresando a la religión del Islam. Los allí presentes exclamaron al unísono: Allahu Akbar (Alá es el más grande), hasta escucharse esta invocación en toda La Meca.

3 - EL CALIFATO DE OMAR

Abu Bakr t, el día de Saqifa, en que asumió el Califato, extendió su mano derecha a Omar, t diciéndole:

-¡Dame tu mano Omar t para jurarte fidelidad! -.

Él contestó: -A ti te juraremos fidelidad, pues eres mejor que yo -.

-Abu Bakr t respondió: - Tú eres más fuerte que yo -.

Omar t contestó: - Por cierto que mi fortaleza es para ayudarte.-

Al contraer Abu Bakr t la enfermedad que posteriormente lo llevaría a la muerte, reunió a algunos de los Sahabas más importantes y les consultó sobre el posible nombramiento de Omar t como Califa de los musulmanes. Todos aceptaron, razón que lo alegró enormemente.

Abu Bakr t comprometió a Omar t haciéndole firmar un pacto por el que asumiría el Califato luego de su muerte.

Así, asumió Omar Ibn Al-Jattab t sin desearlo, de no haber sido por su temor a Alá y a ser preguntado el Día del Juicio (por haberse rehusado a aceptar el Califato), Omar lo hubiese rechazado y huido de él.

4 - INDICIOS ACERCA DE LA GRANDEZA DE OMAR

Omar Ibn Al-Jattab t, el Emir de los creyentes, luego del Mensajero de Alá r y de Abu Bakr t, fue un personaje relevante por su conducta y personalidad.

Omar "Al-Faruq" se educó bajo las enseñanzas del Profeta r. Cuando creyó en Alá y en su Mensajero lo hizo con la fe de los sabios piadosos.

Era temido hasta por el más fuerte, mostraba firmeza, audacia y severidad. En una ocasión, al encontrarse frente a la muerte, pidió a su hijo:

- ¡Abdallah! Retira mi cabeza de la almohada y apóyala sobre la tierra, quizás así Alá, El Altísimo, se digne mirarme y tenga compasión por mí -.

Y le encomendó:

Dirígete a Aisha t madre de los creyentes, y preséntale los saludos en nombre de Omar t, no menciones "El emir de los creyentes", pues a partir de hoy ya no lo soy. Dile que Omar Ibn Al-Jattab pide su permiso para ser sepultado junto a sus dos compañeros, el Profeta Muhammad r y Abu Bakr t.

Transmitió Abdallah t el pedido de su padre a Aisha t, ella contestó:

Había reservado este lugar para mí, pero hoy prefiero que Omar t lo ocupe.-

Al regresar ante su padre, Abdallah t manifestó lo dicho por Aisha t diciéndole:

-¡Emir de los creyentes!, será como tú lo deseas, ella otorga su permiso

-Exclamó Omar t:

-¡Glorificado sea Alá! No deseaba nada más que esto.-

Luego, indicó a su hijo que tras su muerte, volviera a asegurarse del consentimiento de Aisha t.

Abdallah t así lo hizo, y el Califa Omar Ibn Al-Jattab t fue sepultado junto a ellos dos.-

Al encontrarse con algún niño en las calles de Medina, tomando sus manos les decía:

- Ruega a Alá por mí, pues tú, todavía no tienes pecados -.

Decía esto, pues según la fe islámica, todos los niños nacen en estado de pureza (Fitra), y no tienen pecados heredados de sus antepasados.

Por todo esto Omar t, quien se consideraba una persona con gran cantidad de faltas, debido a su responsabilidad por conducir la nación islámica, pedía de los niños, que rogasen a Alá por él.

5 - NO POSEO MAS QUE ESTA CAMISA…

Se retrasó Omar Ibn Al-Jattab t un día viernes al sermón (jutba) que debía pronunciar ante los fieles. Al llegar, lo hizo apresurado vistiendo una capa con muchos remiendos, llevando debajo, una túnica todavía húmeda. Al subir al mimbar, se disculpó ante los fieles diciendo:

- Me retuvo esta camisa, pues debí aguardar que se secara, ya que otra no poseo.-.

6 - OMAR CUIDA DE LOS HUESPEDES DE MEDINA Y SE CONMUEVE POR EL LLANTO DE UN NIÑO

Arribaron a Medina, comerciantes que acamparon en las inmediaciones de la ciudad. Al saber de su presencia, salió Omar Ibn Al-Jattab y Abdur Rahman Ibn Auf t a recibirlos. Al llegar muy tarde, observaron a sus integrantes dormidos, por lo que escogieron un lugar para descansar.

Dijo Omar t:

- Pasaremos el resto de la noche aquí, velando por nuestros huéspedes.

Al escuchar el llanto de un niño, Omar t se dirigió presuroso, temeroso que su llanto despertase a los huéspedes. Al acercarse le dijo a su madre:

- Teme a Alá, y amamanta a tu niño -

Regresó a su lugar, pero nuevamente el pequeño comenzó a llorar, retornó y dijo otra vez a su madre:

- Te dije que temas a Alá y amamantes a tu niño -

Una vez más retornó a su sitio y, sin siquiera acomodarse, el llanto del niño volvió a estremecerlo. Se dirigió Omar t entonces hacia la madre y le dijo:

-¡Ay de ti! No veo, sino una pésima madre. ¿Qué tiene tu hijo?

Dijo ella, sin saber que hablaba con el Califa:

-¡Siervo de Alá! Me has ofendido. Yo trato de destetar a mi hijo, pero él se niega-.

- Omar: - ¿Y porqué lo destetas? -.

- Ella contestó: - El Califa no subvenciona sino a niños destetados. (En aquella época los Califas asignaban una cantidad de alimentos en forma mensual o semanal a cada familia humilde, según el número de niños destetados que tuviesen). Estos bienes eran tomados del Tesoro Común de los musulmanes (Baitul Mal) originados por la contribución social, -el Zakat-, y de donaciones voluntarias -

- Omar respondió - ¿Y cuál es su edad? -.

- Solo tiene algunos meses -.

-¡No lo hagas!, clamó Omar -

Relató Abdur Rahman Ibn Auf t que Omar dirigió la oración del alba, no pudiendo, quienes orábamos detrás de él, entender que recitaba debido a su llanto. Al culminar les dijo:

- ¡Que desgracia la mía! Cuántos niños musulmanes habrán muerto -

Inmediatamente ordenó que se informase por las calles de Medina:

- "No destetéis a vuestros niños, pues subvencionaremos con los bienes del Tesoro Común a todo hijo de musulmán" -.

Y ordenó la misma proclama, para todas las provincias de la nación Islámica

7 - EJEMPLO DEL RESPETO POR LA LIBRE EXPRESIÓN

En una ocasión el Califa, subió al mimbar para dirigirse a los musulmanes, e informarles sobre un asunto de suma importancia. Comenzó su sermón (jutba) diciendo: - Alabado sea Alá, la paz y las bendiciones de Alá sean con su siervo y Mensajero. ¡Escuchad!, Alá sea misericordioso con vosotros.

Uno de los musulmanes presentes interrumpió sus palabras diciendo:

¡Por Alá que no escucharemos nada de ti!-

Entonces Omar t preguntó: - ¿Por qué no me escucharán?

Respondió el hombre:

- Porque te has otorgado privilegios por sobre nosotros en esta vida. Nos diste a cada uno una capa, y en cambio tú tomaste dos.-

- Mirando Omar t a los musulmanes, dijo:

¿Dónde se encuentra mi hijo Abdallah?

Este, se puso de pie y respondió: - ¡Aquí estoy! Emir de los creyentes.

-Omar: - ¿Quién ha tomado la segunda capa? -

-Abdallah: - ¡Yo! Emir de los creyentes -

Dirigiéndose Omar t al hombre disconforme y a los musulmanes, les dijo:

- Saben ustedes que soy un hombre alto y de talla grande, sin embargo me ha tocado una capa corta, por lo que mi hijo Abdallah, me ha dado la suya y con ella, alargué la mía -

Entonces el hombre dijo:

- ¡Alabado sea Alá, ahora te escuchamos Emir de los creyentes!.

8 - UN EJEMPLO DE LA VERDAD Y LA JUSTICIA

Cierta vez, Omar dijo a Al-Abbas t, tío del Profeta: - Escuché decir al enviado de Alá r antes de su muerte, que deseaba ampliar la mezquita, y por cierto que tu casa está muy próxima a ella. Entréganos tu casa y con ella ampliaremos la mezquita; te daremos a cambio, otra más amplia -

Al-Abbas t contestó: - No lo haré -.

- Entonces la expropiaré, dijo Omar -.

- Al-Abbas t: - No tienes ese derecho, nombra a alguien que arbitre entre nosotros con la verdad-

- Omar: - ¿A quien eliges? -.

- Respondió Al-Abbas: - A Hudeifa Ibn Al-Iamán t (conocido sabio entre los Sahabas)-.

Ambos se dirigieron hacia Hudeifa t, y relataron la discrepancia que existía entre ambos. Luego de escuchar atentamente sus alegatos dijo:

Escuché que el Profeta David u quiso ampliar la mezquita de Jerusalén (Baitul Maqdis), encontrando cerca de ella una casa que pertenecía a un huérfano. Al solicitársela, éste se negó, por lo que David u decidió tomarla por la fuerza, entonces Alá El Altísimo, le reveló:

"Por cierto que la casa más distanciada de la injusticia, debe ser la casa de Alá"...

David u devolvió la casa a su dueño -

Dirigió Al-Abbas t su mirada hacia Omar t y dijo:

- ¿Todavía quieres tomar mi casa por la fuerza? -

- Dijo Omar: - ¡No! -

- Contestó Al-Abbas: - Entonces, te daré mi casa para que amplíes la mezquita del Mensajero de Alá r -

Con este ejemplo y con su actitud, quiso Al-Abbas t demostrar al Califa Omar t sus límites como gobernante.-

9 - ¿por que esclavizáis a los hombres, siendo que sus madres les han parido libres?

Preguntó un joven egipcio a Omar t:

¡Emir de los creyentes! ¿Es este un buen sitio para buscar tu amparo?

De inmediato Omar t lo interrogó acerca de su inquietud. Supo que Muhammad Ibn Amer Ibn Al-As (hijo del libertador y gobernador de Egipto) después de haber perdido una competencia frente a él, al castigarlo le dijo:

¡Toma! Pues soy el hijo del hombre más respetado -.

Al oír esto, Omar t ordenó a un emisario llamar a Amer Ibn Al-As y a su hijo Muhammad.

Frente a ellos exclamó:

-¿Dónde está el joven egipcio?

- ¡Estoy aquí! Emir de los creyentes, respondió.

- Dijo Omar: - Toma esta vara y golpea al hijo del hombre más respetado - .

- Golpeó el egipcio a Muhammad, hasta hacerlo sangrar.

- Repitió Omar t:

- Pégale al hijo del hombre más respetado, y agregó:

- ¡Golpea también la cabeza calva de Amer, pues, por Alá! Te golpeó valiéndose de la autoridad de él -.

- Contestó el joven:

- ¡Por Alá! Emir de los creyentes, ya obtuve mi derecho, golpeé a quien me había golpeado -

- Dijo Omar: Si le golpearas más, nadie te lo impediría, hasta que fueras tú el que dejara de hacerlo -

Dirigiéndose a Amer Ibn Al-As, le dijo:

- No esclavicéis a los hombres, sus madres los han parido libres -.

10 - LOS PECADOS DE NUESTRO EJÉRCITO SON MAS PELIGROSOS QUE EL ENEMIGOS

Escribió Omar t a su Compañero, Sa'ad Ibn Abi Uaqqas t y a quienes se encontraban con él formando parte del ejército que luchaba en Irak - Por cierto que ordeno a tus soldados y a ti, ser temerosos de Alá, por encima de cualquier situación, pues el temor a Alá es la mejor arma contra los enemigos y la estrategia más poderosa. Les ordeno, el cuidado extremo de no cometer pecados, y de estar prevenidos de vuestros enemigos. Por cierto que los pecados del ejército son más peligrosos para vosotros que el enemigo (pues estos pecados los llevan a perder el favor y protección de Alá, Todopoderoso).

Ciertamente los musulmanes vencen, por la desobediencia a Alá que cometen sus enemigos, de no ser por esto, no seríamos superiores a ellos, pues nuestras fuerzas son menores.

Y si nos igualamos en la desobediencia a Alá, ellos nos superan en número de combatientes y variedad de armamentos.

Si no vencemos por la ayuda y protección divina, no lograremos vencerlos con nuestro poderío.

Sabed que, junto a vosotros se encuentran los ángeles de Alá que registran cuánto hagáis, tened vergüenza de ellos y no desobedezcáis a Alá, pues estáis en Su causa-

Compartió con el Mensajero de Alá muchas batallas, como las de Badr, Uhud y Hunein. En Badr, tras una victoria contundente; el Profeta le consultó que hacer con los prisioneros, Omar t contestó:

Te han combatido y te han expulsado, debes deshacerte de ellos'.-

Contestó el Mensajero, tú eres como el Profeta Noé u quién dijo:

"Señor mío, no dejes sobre la tierra rastros de los incrédulos. Si tú los dejas confundirán a tu pueblo y no engendrarán más que libertinos e incrédulos" (71:26-27)

Combatió Omar t hombro con hombro en la batalla de Uhud junto al Mensajero r, protegiéndolo en una ocasión con su cuerpo y escudo ante un ataque enemigo.-

Estableció la "era de la Hégira" (considerado este calendario, uno de los mayores acontecimientos islámicos, pues indica el comienzo de la emigración del Mensajero a Medina)

Fueron muchas las concordancias entre las revelaciones del Sagrado Corán y las inquietudes de Omar t, por ejemplo: La prohibición de bebidas alcohólicas, la de los prisioneros de guerra, etc.

Que la misericordia de Alá, sea con Omar

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