Ordenando el bien y prohibiendo el mal no hay amigos para el creyente. Mandamos hacer el bien, nos insultan y calumnian nuestro honor, y encontramos a la gente del mal ayudándoles a esto, hasta que por Allah me han acusado de grandes cosas. Por Allah, no dejaría de realizarlo (es decir, ordenar el bien y prohibir el mal) por estar a la derecha de ellos "
[Al-'Itisaam - por Al-Shatibi]

viernes, 25 de febrero de 2011

Dawah radial para Panamá y el Mundo !

as salamu alaikum wa rahmatulahi wa barakatuh.

el programa de radio tiene la finalidad de esclarecer a los oyentes no musulmanes, los diferentes puntos que en las distintas sociedades occidentales hispanoparlantes, se persiben como barrera para que las personas se acerquen al islam, sin embargo dicho programa le sirve a todo nuevo regresado al islam, como herramienta a las diversas preguntas y adversidades por las cuales muchos pasan y en general muchas veces por no saber que responder, nos sentimos limitados e inclusos e llegado a escuchar hermanos que llevan mucho tiempo y no llegan a divulgar el islam a sus parientes y amigos cercanos, lo cual es lamentable, por esta razon este programa puede ser de mucha utilidad ya que su contenido es un estracto de muchos textos fiables los cuales colocamos de acorde a las diferentes situaciones negativas que tiene la sociedad occidental cristiana y como el islam es una luz y y a su vez la solucion a tanto declive moral.
por esta razon quiera Allah facilitarnos las mejores palabras para este programa y a su vez que las palabras en el mismo sirvan para acercarnos mas a Alllah .
amin
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martes, 15 de febrero de 2011

Sobre la Adscripción a los Salaf

Sobre la Adscripción a los Salaf



Declaraciones de los Salaf Sobre la Adscripción a los Salaf


Imaam al-Asbahaani (f.535H) - rahimahullaah - dijo: "El signo der Ahlus-Sunnah es que ellos siguen los Salafus-Saalih y abandonan todo aquello que es innovado y nuevamente introducido en el Dín." [Al-Hujjah fi Bayaanil Mahajjah 1/364]


Abu Hanifah (f. 150H) (rahimahullaah) dijo: "Adheríos al athar (narración) y la tariqah (camino) de los Salaf (Predecesores Piadosos) y cuidaos de los asuntos nuevamente inventados ya que todo ello es innovación" [Reportado por As-Suyuti en Sawn al Mantaq wal-Kalaam p.32]


lbn Taymiyyah (f.728H) - rahimahullaah - dijo: "No hay ninguna crítica para quién proclama el camino (madhdhab) de los Salaf, quién a sí mismo se apega a él y se refiere a él. Más bien, es obligatorio aceptar eso de él por el acuerdo unánime (Ittifaaq) porque el camino (madhdhab) de los Salaf es solamente la Verdad (Haqq). " [Majmu al-Fataawaa 4:149]


Imaam adh-Dhahabi (f.748H) - rahimahullaah - dijo: "Está auténticamente relatado de ad-Daaraqutni que él dijo: No hay nada más despreciado para mí que 'ilmul-kalaam (Discurso innovado y la retórica). Digo: Él nunca entró en 'ilmul-kalaam, ni en la argumentación. Más bien, era un Salafi (un seguidor de los Salaf)."[Siyar 16/457]


As-Sam'aani (f.562H) dijo en al-lnsaab (3/273): "As-Salafi: esta es una adscripción a los Salaf y seguir sus caminos, en eso que es relatado de ellos." lbn al-Athir (f.630H) dijo en al-Lubaab fi Tahdhibul-lnsaab (2/162), comentando sobre el anterior dicho de as-Sam'aani: "Y un grupo era conocido por esta atribución." Entonces lo que quiere decir es: que el término Salafi, y su atribución a ellos, era un asunto conocido en el tiempo de Imaam as-Sam'aani, o antes de él.


Traducido al castellano por Ummu Abderahman Yasmina al Andalussia
Texto en inglés: thenoblequran.com

Segunda fase, Vallas Publicitarias...




Alhamdulillah , quiera Allah permitir que todos estos medios sirvan para que mas personas conoscan el Islam... ciertamente todas las alabanzas son para Allah, UNICO !!
esta es la segunda fase 2011 de vallas publicitarias, esta vez en la calle interamericana que pasa de Panamá, a: Costarica, Nicaragua, Salvador, Honduras, Guatemala, Mexico.
situada en el segundo centro comercial mas importante de la Ciudad, chiriqui Mall, quiera Allah aceptar nuestros esfuerzos y facilitarnos el siguiente proyecto ..

Alhamdulillah, may Allah allow these resources to serve more people conoscan Islam ... indeed all praise be to Allah Almighty!
This is the second phase 2011 of billboards, this time in American street passing of Panama, Costarica, Nicaragua, Salvador, Honduras, Guatemala, Mexico.
located on the second most important commercial center of the City, Chiriqui Mall, may Allah accept our efforts and give us the next project ..


DAWAH MOVIL !!!!!

ALI IBN ABI TALIB (Alá se complazca de él)

ALI IBN ABI TALIB

(Alá se complazca de él)

1 - “Tú eres mi hermano, en este mundo y en el otro”.

Así le dijo el Profeta r a Alí Ibn Abi Talib t, cuando hermanó a los Emigrados (Muhayirún) y los Socorredores (Ansar)

Su nombre era Ali Ibn Abi Talib Ibn Abdul Muttalib Ibn Hashim, estaba vinculado al Mensajero de Alá r por su abuelo Abdul Muttalib, por lo tanto, era primo del Profeta Muhammad r.

Además Alí, estaba emparentado con el Profeta r a través de su madre Fátima Bint Asad Ibn Hashim.

Fue conocido como “Abul Hasan” y también fue apodado por el Mensajero de Alá r como “Abu Turab” (padre de la tierra) luego de hallarlo dormido en la mezquita, con su ropa cubierta de polvo. Se sentó el Profeta r junto a él, lo despertó al tiempo que quitaba el polvo de su espalda le dijo:

“Siéntate, por cierto tú eres desde ahora Abu Turab”.

Por esto gustaba Ali t que le llamaran con ese apodo.

Nació Ali t en la ciudad de La Meca, y abrazó el Islam a los diez años, (cuando comenzó la revelación) emigrando a Medina a los veintitrés; contaba con treinta y tres años al fallecer el Profeta r y sesenta y tres cuando murió mártir.- Tenía la misma edad al morir, que el Profeta r y sus dos compañeros Abu Bakr y Omar t.

Su padre Abu Talib era uno de los jefes más prestigiosos de Qureish. Cuidó de Muhammad r cuando este quedó huérfano, llegando a quererlo como a sus propios hijos. Tuvo el mérito de haber defendido al Profeta r de los ataques de Qureish al comenzar la revelación.

Fue Abu Talib un hombre humilde y con muchos hijos, por lo que el Mensajero de Alá r decidió ayudarlo, eligiendo a Ali t para criarlo.

Creció Ali t en casa del Mensajero r adquiriendo allí gran sabiduría, nobleza de carácter, enriqueciéndose con un vocabulario virtuoso, destacándose por sus claras ideas. No se vinculó con las costumbres pre-islámica (yahilía), al no prosternarse jamás ante un ídolo.

2 - Su conversión al Islam

Al iniciar el Profeta r su misión, fue Ali t el primer niño en islamizarse, a pesar de no contar con más de diez años. Al día siguiente de su islamización, su padre lo vio orando junto al Mensajero de Alá r y le preguntó:

-¡Hijo mío! ¿Qué religión es esa, a la que te has convertido?

-Ali t contestó:

¡Oadre! He creído en el Mensajero de Alá, en lo que le ha sido revelado y he rezado junto a él, siguiendo su ejemplo.

Respondió su padre:

“Por cierto que no te guiará sino al bien, aférrate a él”.

3 - Demostración de fidelidad y sacrificio, en la noche de la emigración

Se alistaba el Mensajero de Alá r, a emigrar hacia Medina, coincidiendo esa noche, con una conspiración preparada por los incrédulos de La Meca para asesinarlo.-

Esta conspiración consistía en que participaran para matarlo, once jefes de las tribus más importantes de La Meca y alrededores. De esta forma, los Compañeros del Profeta no se atreverían a declarar la guerra a tantas tribus.

El plan criminal estaba ya trazado. Los ejecutores elegidos...La metodología también, y... con el mejor aliado...la noche.-

Sin embargo una vez más; la providencia de Alá iba a intervenir salvando la vida del Profeta.-

Eligió el Enviado de Alá r quien de entre sus Compañeros ocupara su lugar en su cama, como parte de un plan que trazara para burlar a los incrédulos de Qureish y así ganar algo de tiempo.

Recayó este desafío, en Alí Ibn Abi Talib t, hombre valiente que amaba al Mensajero de Alá r con todo su corazón y que a su vez era amado por él. Sabía de la conspiración y el peligro que sería expuesto quién durmiese en esa cama, pero la importancia de la misión de Ali t, no se resumía a que durmiese en el lugar del Mensajero de Alá r sino que demostraba la total confianza depositada por el Profeta r en él.-

Además fue el encargado de devolver algunas pertenencias que habían sido confiadas al Mensajero r, por la gente de La Meca.

Cumplió Ali t la importante misión que le fue encomendada; y después de tres días emigró solo hacia Medina. Arribó a Qubá (lugar ubicado en las periferias de la ciudad, a pocos kms. de la mezquita del Profeta), y desde allí, tuvo oportunidad de acompañar al Enviado de Alá r en su emigración hacia Medina.

4 – “El mejor juez de mi nación: Ali”. hadiz

El basto conocimiento, la opinión certera y la precisión de su criterio, se consideran las facetas más sobresalientes de la gran personalidad de Ali t, por lo que fue considerado uno de los mas reconocidos juristas de entre los Sahabas. Recurrían a él cada vez que se presentaba un problema o una pregunta sobre los asuntos de jurisprudencia islámica.

Lo envió el Mensajero de Alá r a Yemen como juez, y de entre los conflictos que resolvió se destaca este:

Cayeron a un foso destinado a la caza de leones, cuatro personas; al caer el primero intentó tomarse del segundo, quien cayó también, éste en su caída intentó tomarse de un tercero y éste a su vez del último, hasta que cayeron los cuatro. Un león en el interior del foso los mató.

Litigaron por esto sus parientes a punto de combatirse.

Ali t les dijo:

- ¡Yo juzgaré entre vosotros! si os complace el veredicto, entonces ese será el fallo a ejecutar, si no, conteneos de combatir los unos a los otros, hasta que os presentéis ante el Mensajero de Alá r y él os juzgue.-

Aceptaron la propuesta, y Ali t les indicó:

Reunid de las tribus que cavaron dicho foso, un cuarto de la indemnización (valor a estipular), un tercio, una mitad, y una indemnización completa.

Al primero en caer al foso, le corresponde un cuarto, puesto que fue el causante de la muerte de los otros tres.

A quien siguió en la caída un tercio, porque fue el causante de la muerte de los otros dos, y al tercero, solo la mitad por haber sido el causante de la muerte de quien cayó luego de él, y para el cuarto una indemnización completa, porque él murió por causa de los que cayeron antes, no siendo el causante de la muerte de ninguno -

Pero las partes se negaron a aceptar este veredicto, por lo que se dirigieron al Mensajero de Alá r y le expusieron lo acontecido, quien inmediatamente aprobó el fallo de Ali t y agregó:

“El juez de mi nación es Ali”.

Fue Ali t un guía en la jurisprudencia islámica y una autoridad suficiente como para emitir dictámenes legales (fatwa); la prueba de ello es que Omar Ibn Al-Jattab t lo consultaba en muchos casos que sucedían, expresando en más de una oportunidad:

“De no haber sido por Ali, Omar estaría perdido” -

Dijo también:

“Que nadie se atribuya emitir un fallo, estando Ali presente” -

En una ocasión, un hombre fue llevado ante Omar Ibn Al-Jattab t por haber contestado a un grupo de personas quienes le habían preguntado: ¡Cómo había amanecido! –

Respondió: - Amanecí amando la tentación y despreciando la verdad, dándole la razón a los judíos y a los cristianos, creyendo en lo que no veo y reconociendo lo que aún no fue creado -

Omar t informó a Alí t lo dicho por el hombre, y este contestó:

- Ha dicho la verdad, amando la tentación, ya que Alá en su Libro menciona:

“Vuestra hacienda y vuestros hijos no son más que tentación…” (64:15)

Despreciando la verdad, es decir la muerte, puesto que Alá, Enaltecido sea, expresa:

“Vendrá la agonía de la muerte con la verdad”. (50:19)

Dándole la razón a los judíos y a los cristianos, por lo dicho en el Corán:

“Los judíos dicen que los cristianos no tienen en qué apoyarse. Y los cristianos dicen que los judíos no tienen en qué apoyarse”. (2:113)

Creyendo en lo que no veo, es decir, creyendo en Alá exaltado sea. Reconociendo lo que no ha sido creado, es decir, en el día del juicio final

Dijo Omar t al escuchar su respuesta:

- Me refugio en Alá de enfrentar un problema y que Ali t no se encuentre disponible para dictaminar sobre él -

5 - su fortaleza y valentía

En la batalla de Badr, fue designado por el Profeta r para enfrentarse con uno de los más valientes y aguerridos de entre los incrédulos: Al-Ualid Ibn Utbah, venciéndolo y dándole muerte.

El día de la batalla de Uhud Ali t, acabó con la vida de Talha Ibn Abi Talha, quien portaba el estandarte de los idólatras e incentivaba a su ejército a marchar contra los musulmanes.-

En esa misma batalla, Ali t se encontraba entre quienes se mantuvieron junto al Mensajero de Alá r cuando este fue herido, y también cuando Fátima t hija del Mensajero y esposa de Ali t, curaba las heridas en el rostro del Profeta y Alí t quien la secundaba, vertía agua sobre él .-

En Al-Jandaq, la llamada “batalla de la trinchera”, Ali t, tuvo un papel sorprendente y memorable. Se adelantó entre las filas de los incrédulos, Amru Ibn Abdu Uid, quien dirigiéndose a los musulmanes les dijo:

¡Quién ha de enfrentarme!- Se adelantó Ali t hasta quedar frente a él.

Dijo Amru:

-¡No!, por Al-Lat (ídolo preislámico), a ti no deseo matarte-

Ali t contestó:

Pero yo por Alá, ¡Sí quiero!-.

Esto hizo encolerizar a Amru quien lo atacó, Ali t empuñando su espada, lo venció dándole muerte.

En la batalla de Jaibar, al dificultárseles la conquista a los musulmanes, debido a la muralla que la rodeaba, dijo el Profeta r:

“Entregaré mañana el estandarte a un hombre que es amado por Alá y por su Mensajero, otorgándonos el Todopoderoso a través de el, la victoria”.

Al escuchar esto, Omar Ibn Al-Jattab t expresó:

- No deseé el liderazgo jamás, salvo ese día, esperando ser el amado por Alá y su Mensajero - .

Al día siguiente al formarse los musulmanes, cada uno de ellos esperaba ansioso saber quién sería el elegido.

Entonces la voz del Mensajero de Alá r resonó:

“Dónde está Ali Ibn Abi Talib?”.

Aquí estoy Mensajero de Alá! - respondió.

Dijo el Profeta r:

“Toma este estandarte y marcha con él hasta que Alá te conceda la victoria”.

Portó Ali t el estandarte y adelantándose a su escuadrón con paso acelerado llegó a la entrada de la fortaleza y gritó:

-Yo soy Ali Ibn Abi Talib!-

De inmediato, soportó un duro golpe propinado por la espada de un enemigo, haciéndole caer el escudo de su mano. Se dirigió entonces, a otra de las puertas y gritó:

- Alá es el más grande (Allahu Akbar) - Tomando con sus manos la puerta, la extrajo violentamente y la utilizó como escudo; no cesando junto a los musulmanes en su accionar, hasta que el enemigo cayó derrotado.-

Dijo luego Abu Rafi’t:

- Ali era la garantía de nuestro batallón, por cierto que intenté junto con siete hombres, mover esa puerta de su lugar y no lo logramos.

6.- SU generosidad

Ali t un día perdió su preciada armadura, luego la encontró en manos de un dhimmi (no musulmán) quien intentaba venderla en un mercado de Kufa.

Al reconocerla dijo: - Esa es mi armadura, se cayó de mi camello durante la noche. Respondió el dhimmi: - Ella es mía ¡Emir de los creyentes! Dijo Ali: - Es mi armadura, no la he vendido ni obsequiado a nadie, ¿cómo ha llegado a ti?

Dijo el hombre: interpongamos al juez de Medina para que juzgue entre nosotros, Ali afirmó: Es lo más justo -.

Se dirigieron a Shureih, juez de Medina, a quien Ali relató:

Encontré mi armadura en manos de este hombre, ella se cayó en la noche, en tal lugar.

Interrogó el juez al dhimmi: Y tú qué alegas, el hombre respondió:

La armadura esta en mi poder, por lo tanto me pertenece.

Se dirigió el juez a Ali diciendo: - No tengo duda alguna de que eres sincero ¡Emir de los creyentes! Pero necesitas dos testigos que corroboren tu declaración.

Dijo Ali: - traeré a mi sirviente Qunbur y mi hijo Al-Hasan, quienes atestiguarán a mi favor - Dijo el juez: - El testimonio del hijo en favor del padre no es válido ¡Emir de los creyentes!

Ante esto, Ali le dijo al dhimmi: - Quédatela, pues no tengo otro testigo – Este exclamó: - Yo doy testimonio que la armadura es tuya!- . Y agregó: - ¡Alá! El Emir de los creyentes es juzgado por su juez y éste falla en su contra !Atestiguo que la religión que ordena tal justicia es la verdad! !Y atestiguo que no hay otra divinidad salvo Alá y que Muhammad es su Siervo y Mensajero! -

Contestó Ali: - Por haber abrazado el Islam te la regalo, y te obsequio además mi cabalgadura - .

7 - El Califato de Ali

Luego del asesinato de ‘Uzmán Ibn Affan t todos se reunieron para jurar fidelidad a Ali t pero éste, se negó a aceptar dicho cargo y dijo:

- Seré un ministro, es mejor para vosotros a que sea Califa, y a quien elijan me complaceré con él -. Insistieron los musulmanes, amedrentándolo con los casos de sedición, hasta lograr convencerlo, jurándole fidelidad.

Asumió Alí t el Califato, y tras su proclama memorable, donde exhortaba a los musulmanes hacer el bien y apartarse del mal, recordándoles de la responsabilidad ante Alá Todopoderoso, y del respeto mutuo.-

Comenzaron días de sediciones y luchas internas sangrientas, a la vez, de conspiraciones de los enemigos del Islam: hipócritas que intentaban dividir a los musulmanes.-

Pero a pesar de las sediciones e inconvenientes que rodearon los días de su Califato, Ali t fue estricto con la verdad, y un fervoroso combatiente por la causa de Alá, estableciendo la justicia, esforzándose en aconsejar a su nación, e intentando unirla a través del Islam. Vivió desapegado de la vida mundana, hasta que Alá le concedió morir por Su causa.

Que Alá tenga misericordia de Ali Ibn Abi Talib.

ABU BAKR AS-SIDDIQ (Alá se complazca con él)


ABU BAKR AS-SIDDIQ

(Alá se complazca con él)

"…Cuando ambos estaban en la cueva, dijo a su Compañero: no te entristezcas, ciertamente Alá está con nosotros." (9:40)

Esta aleya, se refiere al momento de haberse refugiado el Profeta Muhammad r y su Compañero Abu Bakr, en la cueva del monte Zaur, en su viaje a Medina, perseguidos por los idólatras.

1- SU VIDA

Su nombre era Abdullah Abu Bakr Ibn ‘Uzmán Abi Quhafa.

Llamado Al-Atiq y también As-Siddiq: El veraz, pues fue quien se apresuró en creer en el Profeta Muhammad (Paz y Bendición), en todo lo que le había sido revelado, en su profecía, en su viaje nocturno y en el ascenso a los cielos.

Nació en la Ciudad de La Meca dos años después del nacimiento del Profeta r, y murió dos años después, a la edad de 63 años.

Fue sepultado junto al Profeta Muhammad r en la habitación de su hija Aisha (Alá se complazca de ella).

2.-"SI ASI LO DIJO, HA DICHO LA VERDAD".

Se dirigió, Abu Bakr t al Enviado de Alá r estableciéndose entre ambos el siguiente diálogo:

-Abu Bakr- ¿Es cierto lo que me han informado?

-Muhammad r: ¿Qué te han informado?

-Abu Bakr: Que Alá te ha enviado a nosotros para que le adoremos a El, sin asociarle nada.

-Muhammad: ¿Y cuál fue tu respuesta a ellos?

-Abu Bakr: Les dije, si así lo dijo Muhammad r, ha dicho la verdad.

Se llenaron los ojos del Profeta r de lágrimas, abrazó a su amigo de la infancia por haber creído en su mensaje, luego comenzó a relatarle cómo había llegado la primera revelación en la cueva de Hirá y cómo descendió la palabra de Alá, El Altísimo:

"Lee en el nombre de Tu Señor que todo lo creó. Creó al ser humano, a partir de un coágulo. Lee, que Tu Señor es el más Generoso. Que ha enseñado el uso del cálamo. Ha enseñado al ser humano lo que no sabía".

Escuchó Abu Bakr t con atención la palabra de Alá, dichas por el Mensajero r, levantó su cabeza y le dijo:

Atestiguo que tú dices la verdad y que eres El leal, atestiguo que no hay otra divinidad salvo Alá y que tú eres el Mensajero de Alá.

Sin duda alguna, Abu Bakr t fue una de las figuras más importantes y relevantes en los primeros tiempos del Islam. Era ciertamente el amigo más cercano del Profeta, y suficientemente conocido en toda La Meca por su probada sabiduría y madurez. Su propia nobleza de carácter le impedía conducirse de modo egoísta e inhumano, tan propio de sus compañeros mercaderes.

El entusiasmo con que abrazó el Islam lo llevó muy pronto a divulgar entre sus más dilectos amigos y allegados la esencia de esta fe: La creencia en el Alá único y en Su Profeta Muhammad. Muchos de los que le oían hablar, con tan firme convicción, le pidieron entrevistarse con el Profeta. De este modo, el número de musulmanes iba creciendo, aunque guardando todavía una natural discreción en mostrar abiertamente su nueva fe.

Entre este grupo de primeros musulmanes, podemos destacar hombres como Uzman Ibn Affan, Abdel Rahman Ibn Auf, Talha Ibn Ubaidulah, Sa'ad Ibn Abu Uaqas y Alzubair Ibn Awan, todos ellos personajes jóvenes y de gran relieve en la vida social de La Meca.

Durante esta primera época, los versículos coránicos revelados se caracterizaban por poseer un texto breve, con un contenido en el que afirmaba constantemente el concepto de la Unicidad de Alá, Su suprema majestuosidad, Su infinita misericordia, la importancia de la moral en el ser humano, y la descripción detallada tanto el Paraíso como el Infierno.

3. "CREO EN LO QUE LE LLEGA DEL CIELO".

Al pasar frente a la Kaabah, Abu Yahl vio al Mensajero r solo y pensativo, quiso de alguna manera dañarlo, acercándose a él, le preguntó burlonamente:

¿Acaso no te ha llegado algo nuevo por la noche?

-El Mensajero de Alá r levantó su cabeza y dijo:

¡Sí! Fui transportado durante la noche hasta Baitul Maqdis (la mezquita de Jerusalén).

Abu Yahl volvió a preguntarle irónicamente: ¿Y amaneciste luego entre nosotros?

Al contestar el Profeta r afirmativamente, se apresuró Abu Yahl a gritar: ¡Hijos de Kaab Ibn Lua (gente de Qureish)! ¡Venid! ¡Venid! Comenzaron a reunirse ante la Kaaba, y Abu Yahl les narró lo que había escuchado de boca del Profeta, con la única intención de desmentirlo y sembrar dudas en el corazón de los musulmanes.

De inmediato, algunos incrédulos de Qureish se dirigieron hacia la casa de Abu Bakr As-Siddiq t felices de transmitirle una noticia que le haría dudar del mensaje de Muhammad r y así renegar de su religión.

Dijo uno de ellos a Abu Bakr t:

- Ciertamente, tu compañero frente a la Kaaba, cuenta a la gente que su Señor lo transportó durante la noche hasta la Casa Sagrada de Jerusalén. Viajó a ella durante una noche y amaneció luego entre nosotros.

-Les contestó Abu Bakr t: ¿Solo eso? Yo le creo y mucho más aún, creo en lo que le llega del cielo por la mañana y por la tarde, y replicó:

"si así lo dijo, ha dicho la verdad".

Se dirigió velozmente hacia la Kaaba y abrazando al Profeta r le dijo:

-Por Alá que tú dices la verdad!.

4- EL MAS AMADO POR EL MENSAJERO DE ALÁ

Fue preguntado cierto día el Mensajero r:

-¡Profeta de Alá! ¿Quién es el más amado para ti?:

- Respondió, Aisha t.

- le dijeron: ¿y de entre los hombres?

- Les dijo r: Su padre.

Solía decir el Profeta r:

"No hay entre nosotros una mano benevolente sin que le hayamos retribuido su esfuerzo, excepto la de Abu Bakr, pues a él Alá le retribuirá en el día del juicio". Esto es interpretado por otro dicho del Mensajero de Alá r que dice:

"No hay otra mano más grande para mí que la de Abu Bakr, quién me ayudó personalmente, con sus bienes y me casó con su hija".

Acostumbraba decir Omar Ibn Al-Jattab t:

- "Abu Bakr es nuestra autoridad, el mejor de nosotros y el más amado por el Profeta r".

5- "ORDENADLE A ABU BAKR QUE DIRIJA LA ORACION

Cuando enfermó el Mensajero de Alá r designó a Abu Bakr t para dirigir la oración comunitaria diciendo:

-¡Ordenadle a Abu Bakr que dirija la oración!

-Aisha sugirió: "Ciertamente, Abu Bakr es un hombre de corazón tierno, si toma tu lugar lo vencerá el llanto, sería mejor ordenarle a Omar t que lo hiciera." Pero el Profeta r repitió:

¡Ordenadle a Abu Bakr que dirija la oración!

Recurrió entonces Aisha t a Hafsa t y le encomendó:

-Dile al Profeta r que Abu Bakr t es un hombre apocado y emotivo, cuando tome su lugar, no se escuchará su oración; sería conveniente ordenadle a Omar t.

Repitió Hafsa t tal lo pedido por Aisha t frente al Profeta r quién, disgustado por la intromisión e insistencia, exclamó:

-"Ciertamente vosotras sois como las compañeras del Profeta José u". (Alusión a las mujeres que se complotaron para tentarlo).

-Y repitió por tercera vez:

¡Ordenadle a Abu Bakr dirigir la oración!.

6- "QUIEN ADORABA A MUHAMMAD, CIER-TAMENTE MUHAMMAD HA MUERTO''

Llegó Abu Bakr t a la mezquita del Profeta r y supo de la triste noticia… acababa de morir quien era la luz que colmaba la vida de los musulmanes; hasta Omar Ibn Al-Jattab t el fuerte, el duro, erguido entre la gente con su sable en mano proclamaba:

-Hombres: Entre los hipócritas hay quienes pretenden afirmar que el Mensajero de Alá ha muerto, ¡por Alá, que no es así! Se ha dirigido a su Señor como lo hizo Musa Ibn Imrán (el Profeta Moisés, quien se ausentó de su pueblo cuarenta días y luego regresó tras hablar con su Señor). Por Alá que regresará, y cortará las manos de quienes dicen que ha muerto.

Abu Bakr t, sufrió el dolor y la tristeza por el fallecimiento, pues se trataba de su amigo de la infancia, su compañero desde los primeros días de la revelación. Ingresó a la mezquita y escuchó a Omar t dirigirse a la gente. Con pasos decididos entró a la casa del Profeta r y lo vio, cubierto con un manto, descubrió su rostro, lo besó y le dijo:

¡Tú! Por quien habría ofrecido como pago para rescatarte, a mi padre y a mi madre, fuiste bueno en la vida y también en la muerte. Por cierto que la muerte que Alá había escrito para ti, se ha cumplido.

Luego cubrió con el manto el rostro del Mensajero t y salió hacia la mezquita.

Omar t, continuaba hablando a la gente. Pidió Abu Baker t que guardara silencio pero éste se negó e intentó continuar, se adelantó Abu Bakr t..., glorificó a Alá, lo enalteció y luego exclamó:

-Si habéis estado adorando a Muhammad, sabed entonces que Muhammad ha muerto. Pero si, por el contrario, habéis estado adorando a Alá, tened la certeza de que Alá es El Viviente y no morirá jamás.

Recitando a continuación el siguiente versículo:

"Y no es Muhammad sino un Mensajero, antes del cual han pasado otros Mensajeros. ¿Si muriera o le mataran, ibais a volver atrás? Quien se vuelva atrás no causará ningún daño a Alá y El retribuirá a los agradecidos". (3:114).

El escuchar estas aleyas, comenzaron los musulmanes a retirarse del lugar, convencidos de que las palabras de Abu Bakr encerraban la inequívoca realidad.

7- EL DIA DE SAQIFA

Tras la muerte del Mensajero de Alá r, tuvo Abu Bakr t que atravesar situaciones que jamás hubiere imaginado; se congregaron un grupo de Sahabas de Medina (Ansar) en un lugar llamado Saqifa Bani Saada, proponiendo como candidato para asumir el Califato a un miembro de su tribu: Saad Ibn Ubada, jefe de Jazray (tribu de Medina).

Al enterarse Abu Bakr t se dirigió hacia Saqifa junto con Omar Ibn Al-Jattab y Abu Ubeida Ibn Al-Yarrah t. No era intención dirigirse para ser proclamado Califa, sino para detener la sedición y unificar a los musulmanes.

Demostró frente a la asamblea, basándose en una aleya del Sagrado Corán, que el Califato correspondía a la gente de Qureish y a los Emigrados de otros lugares. (No porque ellos eran de Qureish y Emigrados, sino porque la emigración tenía un lugar primordial en el Islam.)

Alá dice en el Corán:

"Alá quedó satisfecho de los primeros (musulmanes) de los Emigrados y luego de los socorredores (Ansar)". (9:100).

Luego, Abu Bakr t elogió a los Ansar, explicando su importancia en la expansión del Islam y agregó:

-¡Ansar! Vosotros no podéis recordar virtud alguna sin que seáis quien la posea

Inmediatamente propuso como Califa a Omar Ibn Al-Jattab o a Abu Obeida Ibn Al-Yarrah t diciendo:

- Por cierto que me complazco con cualquiera de estos dos hombres.

Pero Omar t exclamó:

¡Por Alá! Hubiera preferido que mi cuello fuese cortado siendo inocente, a ser elegido Califa de un pueblo en el que se encuentra Abu Bakr t. - De inmediato se apresuró, juró fidelidad a Abu Bakr t y así lo hicieron el resto de los musulmanes.

8 -EL JURAMENTO DE FIDELIDAD GENERAL Y LA DECLARACION DE LOS PRINCIPIOS BASICOS PARA LA NACION ISLÁMICA

Después del acontecimiento de Saqifa, se dirigió Abu Bakr t al mimbar del Mensajero de Alá r, subió solamente dos escalones y se sentó, no toleraría el mismo subir aún más y sentarse en el lugar donde lo hacía el Profeta r.

Dirigiéndose a la multitud, proclamó su pacto de compromiso, considerado el sistema básico para el establecimiento de la nación islámica, y pronunció su primer sermón (jutba) repleto de sabiduría, justicia y grandeza:

¡Oh, gentes! : Se me ha concedido la autoridad, pero no soy el mejor de vosotros. Si obro bien ayudadme y si obro mal corregidme.

Sabed, que el débil entre vosotros es considerado por mí poderoso, y sabed, también que el poderoso entre vosotros será considerado por mí débil, hasta garantizarle a ambos sus derechos.

Obedecedme en todo aquello que obedezca a Alá y a su Mensajero, pero sí les desobedezco, no me debéis obediencia alguna.

Aceptó Abu Bakr t el Califato sin desearlo, ni codiciarlo y fue veraz cuando exclamó:

¡Por Alá! No ambicioné el poder ni un solo día, ni noche, como tampoco le pedí a Alá, en público ni en secreto por ello.

9 - CON LOS RENEGADOS

Imaginaron muchos, cuyos corazones estaban enfermos de hipocresía, que al morir el Profeta r moriría con él el Islam. Renegaron de la fe e incitaron a la sedición interna en los albores del gobierno de Abu Bakr t

Estos renegados se dividían en dos grupos: unos, que rechazaban al Islam en su totalidad y otros, que renegaban del tercer pilar del Islam: el "Zakat".

Consultó Abu Bakr t a los Sahabas sobre este asunto.

Era la opinión de Omar Ibn Al-Jattab t y de algunos otros, en aplicar la tolerancia y la conciliación con el segundo grupo, a fin de acabar con la sedición. Pero Abu Bakr t insistió en combatir a la totalidad de los apóstatas expresando estas célebres palabras:

¡Por Alá! Si entregasen (por ejemplo), un trozo de una cuerda, por ínfimo que sea al Profeta, y a m me la negasen, los combatiría por ello.

Haciendo referencia a los que entregaban su Zakat en épocas del Profeta, y ahora durante su Califato se negaban a hacerlo.

Finalmente los combatió Abu Bakr t venciéndolos.

Al frente de este ejército victorioso se encontraba Jaled Ibn Al-Ualid t, uno de los más valerosos estrategas entre los musulmanes.

10 - EL EJÉRCITO DE USAMA

El Profeta r, había preparado en sus últimos días un ejército bajo las órdenes de Usama Ibn Zaid t para enviarlo a Siria.

El día que falleció el Enviado r, se encontraba éste ejército acampando a tres millas de Medina, listos para partir, suscitándose entre ellos el siguiente dilema:

Opinaba un grupo encabezado por Omar Ibn Al-Jattab t que enviar al ejército de Usama constituía un gran peligro, porque también se encontraba la ciudad de Medina amenazada de guerra por los renegados.

Usama compartía dicha opinión.

Pero Abu Bakr t apoyó esta decisión con su enorme fe y no dio lugar a reflexión alguna sobre un asunto el cual había ya resuelto previamente el Enviado de Alá r y dijo:

- Que el ejército sea enviado, tal lo ordenado por el Profeta r y aunque corriera el riesgo de ser devorado por los lobos, jamás discutiría una decisión tomada por él

Luego de esta resolución, Omar t y un grupo de musulmanes, solicitaron a Abu Bakr t que escogiese otro jefe para este ejército, ya que Usama era demasiado joven y de limitada experiencia, estando estas tropas formadas por grandes Sahabas y expertos en combate.

Al escuchar esto, Abu Bakr t se incorporó inmediatamente de su lugar y dirigiéndose a Omar t le dijo:

¡Ay de ti, Ibn Al-Jattab! ¡El Profeta de Alá lo eligió, y tú me pides que lo destituya!.

Después de esto, se dirigió el Califa junto a Omar t al lugar donde se encontraba el ejército, y les ordenó partir bajo la protección de Alá.

Abu Bakr t partió junto a ellos para despedirles.

Se encontraba caminando junto a Usama t, quien iba montado sobre su caballo, al percatarse este, sintió vergüenza, e intentó descender del animal para que el Califa lo montase, pero éste le dijo:

¡Por Alá! ¡Tú no desmontarás ni yo lo montaré! Qué hay de malo en que ensucie mis pies con el polvo, transitado por la causa de Alá.

Luego aconsejó a Usama y a su ejército (siendo estas palabras consideradas el ejemplo más alto de educación islámica y de conducción militar) diciéndoles:

No traicionéis ni engañéis, no cometáis actos reprobables, ni mutiléis, no matéis niños, ancianos ni mujeres; no destruyáis ni dañéis las palmeras y tampoco las queméis. No cortéis árboles frutales, no degolléis corderos, vacas ni camellos. Pasaréis por pueblos que acostumbran recluirse en sus conventos, invitadlos al Islam, pero no los obliguéis a retirarse de allí.

¡Partid! En el nombre de Alá.

La misericordia y complacencia de Alá sea con Abu Bakr t.