Ordenando el bien y prohibiendo el mal no hay amigos para el creyente. Mandamos hacer el bien, nos insultan y calumnian nuestro honor, y encontramos a la gente del mal ayudándoles a esto, hasta que por Allah me han acusado de grandes cosas. Por Allah, no dejaría de realizarlo (es decir, ordenar el bien y prohibir el mal) por estar a la derecha de ellos "
[Al-'Itisaam - por Al-Shatibi]

martes, 15 de febrero de 2011

‘UZMÁN IBN AFFÁN (Alá se complazca de él)


UZMÁN IBN AFFÁN

(Alá se complazca de él)

1- "‘Uzmán, es quién más pudor tiene en toda mi nación". Hadiz

Su nombre era ‘Uzmán Ibn Affan Ibn Abi Al-As Ibn Umaia.

Estaba emparentado con el Mensajero de Alá r por su abuelo paterno Abdu Manaf.

Nació ‘Uzmán t en Taif, ciudad ubicada sobre las montañas, cercana a La Meca, cinco años después del nacimiento del Profeta r. Por haber sido su padre un imprtante comerciante de Qureish, heredó de él una enorme fortuna, con la que inició sus propios negocios, hasta llegar a convertirse en uno de los comerciantes más ricos, antes y después de aceptar el Islam.

Conoció ‘Uzmán t el Islam a través de su amigo Abu Bakr t y se contó entre los primeros en abrazar su fe.

Fue muy apreciado por el Enviado de Alá r.

Se casó con la hija del Mensajero r llamada Ruqaia t y al fallecer ésta, se casó con su otra hija Um Kulzum t. Tras el fallecimiento de esta última, se disculpó el Profeta de Alá r con él, por no tener otra hija con quien casarlo, diciendo:

"Si tuviese una tercera la casaría inmediatamente contigo".

Y en otra oportunidad dijo r:

"Si tuviese cuarenta hijas las casaría, una tras otra, con ‘Uzmán".

Fue muy apreciado por el Enviado de Alá r, y fue llamado a causa de este parentesco "El de las dos luces"(Dun-Nurein).

2 - Un hombre del que los ángeles se avergüenzan de él

Fue ‘Uzmán t, afable y de buenos principios, extremo en la tolerancia, de mucho pudor, siendo este pudor lo que prevalecía sobre todos los aspectos de su personalidad.

Llegó ‘Uzmán t a tal grado en su recato, que fue elogiado por el Mensajero de Alá r de esta manera:

"‘Uzmán, es quien más pudor tiene en toda mi nación".

Entre las historias que revelan el gran recato de ‘Uzmán t está el relato de la Madre de los creyentes Aisha t:

Solicitó un día Abu Bakr t permiso para ingresar y ver al Mensajero de Alá r quien, se hallaba recostado.

Al ser autorizado, entró, conversó con él unos instantes, y luego se retiró. Sin que transcurriera mucho tiempo llegó Omar t, quien al solicitar permiso para entrar y serle concedido, se sentó junto al Mensajero de Alá r y más tarde se marchó. Coincidió que luego de ellos, llegó ‘Uzmán t, quien solicitó permiso para entrar, al escuchar su voz el Profeta r, se sentó luego de haber estado recostado.

Permaneció ‘Uzmán t junto al el Mensajero r un rato y luego se retiró. Al marcharse, Aisha t comentó:

¡Mensajero de Alá! No vi que te alistases para recibir a Abu Bakr ni a Omar, como te alistaste para recibir a ‘Uzmán -

-Dijo el Mensajero r:

"Ciertamente ‘Uzmán tiene mucho pudor, y si al autorizarle el ingreso hubiese estado recostado, se hubiese avergonzado al entrar y se habría marchado sin haber satisfecho la necesidad por la que vino. ¡Aisha! Acaso no he de tener vergüenza de quien los ángeles se avergüenzan de él"

Así era el recato de ‘Uzmán t innato en él, sin apartarse de su vida un solo instante. Solía ser elogiado por el Profeta r quien decía:

El más misericordioso de mi nación: Abu Bakr.

El más estricto en la religión de Alá: Omar.

El de mayor pudor: ‘Uzmán.

3 - El primero en emigrar por la causa de Alá

Al intensificarse la persecución y el maltrato que ejercía Qureish sobre el Profeta r y sus compañeros, soportó ‘Uzmán t el castigo y el odio, por ser uno de los primeros en creer en el Islam.

Se encargó de castigarlo su tío Al-Hakam Ibn Abi Al-As, quien amarrándolo le gritaba:

¿Acaso abandonas la religión de tus padres por una innovadora?

¡Por Alá que jamás aflojaré tus ataduras hasta que abandones esa religión en la que crees!

Pero ‘Uzmán soportando el castigo que le infligía su tío, contestaba con fe y firmeza:

¡No abandonaré jamás la religión de Alá y no me apartaré de ella!

Al incrementarse el número de musulmanes y volverse esta persecución cada vez más hostil, ordenó el Enviado de Alá r a sus Compañeros que emigrasen a Abisinia diciéndoles:

"Dirigíos a la tierra de Abisinia, ella es gobernada por un rey justo y la verdad prevalece en su reino, hasta que Alá les otorgue un lugar donde podáis adorarlo con tranquilidad y establecer una comunidad islámica".

Fue ‘Uzmán t el primero en emigrar a Abisinia, y con él su esposa Ruqaia, hija del Mensajero de Alá r.

Quién al despedirlos, dijo:

"Por cierto que ellos dos, son los primeros que emigran por la causa de Alá, después de haberlo hecho el Profeta Lot".

4 - Historias sobre su altruismo y generosidad

Al emigrar el Enviado de Alá r y sus compañeros a Medina, fueron sorprendidos por la escasez de agua. Se dirigieron a un pozo perteneciente a un judío que vendía la cantimplora al precio de un "mud" (medida equivalente a 2,5 Kg. aprox. de trigo).

Expresó el Profeta r su deseo de que, alguno de los musulmanes lo comprase y lo destinase a sus hermanos en la fe. Al escuchar esto ‘Uzmán t se apresuró y compró el pozo a veinte mil dirham, donándolo para que los musulmanes bebieran de su agua libremente.

Cuando dispuso el Enviado de Alá r ampliar su mezquita con la compra de una parcela colindante a ella, ‘Uzmán t se dirigió hacia sus dueños y la compró, pagando por ella veinticinco mil dirham.

Entre sus destacadas actuaciones como Califa, cabe mencionar que ‘Uzmán t tuvo a su cargo una de las más importantes ampliaciones de la mezquita del Profeta, embelleciéndola y equipándola con lo mejor de la época.

Al decidir el Profeta r combatir a los bizantinos, las fuerzas musulmanas se encontraban en una difícil y estrecha situación económica, además por ser verano, una estación extremadamente calurosa, estas fuerzas fueron llamadas "el ejército de la dificultad".

Contempló el Enviado de Alá r las filas y dijo:

"Quien dé provisiones a este ejército, Alá le perdonará sus pecados".

Fue ‘Uzmán t el primero en responder a esta convocatoria, aprovisionó a todo el ejército, entregando novecientos cuarenta camellos y sesenta caballos.

En una oportunidad, una terrible sequía azotó a los musulmanes, durante el Califato de Abu Bakr As Siddiq t quien dijo:

Si Alá quiere, mañana antes del ocaso El Altísimo nos dará una salida.

Al amanecer del día siguiente arribó a Medina la caravana perteneciente a ‘Uzmán t proveniente de Siria, con mil camellos cargados de trigo, aceite, pasas de uva, deteniéndose frente a la casa de ‘Uzmán t. Se congregaron los comerciantes pidiéndole que les vendiese sus mercancías.

Preguntó ‘Uzmán t: - ¿Cuánto me ofrecéis de ganancia?

Dijeron: El veinte por ciento.

Dijo: Me fue ofrecido más.

Dijeron: El cincuenta por ciento.

‘Uzmán: Me fue ofrecido más aún.

Dijeron: ¿Y quien es el que te ha ofrecido más? ¿Si somos nosotros los comerciantes de la ciudad?

Dijo: Ciertamente Alá me ha ofrecido el mil por ciento. ¿Acaso hay entre vosotros quienes me ofrezcan más?

Desencantados, los comerciantes comenzaron a alejarse, entonces dijo:

¡Señor mío! La entrego a los pobres y necesitados de Medina sin esperar otra cosa a cambio, que Tu recompensa.

5 - Embajador del Mensajero de Alá

En el año de Hudeibía el Profeta r decidió enviar a Omar Ibn Al-Jattab t a La Meca para que informase a los jefes de Qureish sobre su llegada; Omar t objetó diciendo:

¡Mensajero de Alá! Temo por mi seguridad, no hay nadie de mi tribu en La Meca que pueda protegerme, por cierto que los de Qureish bien conocen mi enemistad con ellos. Puedo indicarte un hombre más apreciado por ellos para esta misión: ‘Uzmán Ibn Affan.

Convocó el Profeta r a ‘Uzmán t y lo envió para comunicar a los jefes de Qureish que él, no iría para combatirlos, sino para visitar la Casa Sagrada y realizar "al- Umra" ó peregrinación menor.

Después de aceptar la proposición del Profeta, ‘Uzmán partió hacia La Meca, encontrando en las afueras de la cuidad a Abán, el hijo de Sa'id Ibn Al-As, quién le brindó ayuda y protección durante su misión.

Se reunió ‘Uzmán t con los jefes de Qureish, les transmitió su mensaje, y obtuvo como respuesta:

Si deseas circunvalar alrededor de la Kaaba, házlo.

‘Uzmán les respondió:

Hemos venido todos para honrar la antigua casa de Alá y sacrificar el ganado que hemos traído como ofrenda. No quisiera circunvalarla antes de que lo haga el propio Enviado de Alá- No lo haré hasta que lo haga el Mensajero.

Debido a esta actitud fue hecho prisionero.

Al demorar más de lo previsto las conversaciones, comenzaron los musulmanes a mostrar inquietud pensando en la suerte corrida por ‘Uzmán, sobre todo después de que se extendiera el rumor que había sido asesinado. Esto hizo entristecer enormemente a todos los musulmanes, percatándose de la traición de Qureish con un hombre, que llegó a ellos en misión de paz, además de ocurrir en un mes y lugar, considerados sagrados.

Al escuchar el Mensajero de Alá r la noticia exclamó:

No abandonaremos nuestra posición, sino luego de combatirlos.

Congregó bajo la sombra de un árbol de aquel valle a sus Compañeros, todos juraron fidelidad y luchar hasta la muerte. Esto se denominó:

"El juramento de la complacencia"(Baiatu Riduan).

Por este motivo reveló el Altísimo:

"Alá ha estado satisfecho de los creyentes cuando estos te juraron fidelidad al pie del árbol. Él sabía lo que sus corazones encerraban e hizo descender sobre ellos el sosiego, prometiéndoles como recompensa, un éxito cercano". (48:18)

Más tarde, descubrieron la mentira sobre la noticia de su muerte. Retornando ‘Uzmán t, luego de un tiempo al campamento de los creyentes, quienes habían demostrado su fortaleza, sacrificio y amor por el Mensajero de Alá r y su noble causa. A pesar de este feliz desenlace, el compromiso de Al-Riduan ha constituido, desde entonces, una fehaciente prueba histórica de los sólidos lazos fraternales que unen a todos los musulmanes con su Profeta.

6 - El Califato de ‘Uzmán

Omar Ibn Al-Jattab t ordenó que luego de su muerte, decidieran quien asumiría el Califato.

En una asamblea compuesta por:

‘Uzmán Ibn Affan, Ali Ibn Abi Taleb, Talha Ibn Ubaidullah, AzZubeir Ibn Al-Auam, Saad Ibn Abi Uaqqas y Abdurrahman Ibn Auf t. (Seis de los Compañeros, a quienes el Profeta r les había albriciado con el Paraíso en vida.

Sin embargo, algunos de los Sahabas insistieron en que Omar t eligiese él mismo al próximo Califa, pero éste se negó, diciendo:

¿Acaso he de cargar vuestros asuntos estando vivo y también después de la muerte?

Podría nombrar un sucesor, como lo hizo quién era mejor que yo (Abu Bakr), y también podría, dejar el asunto en manos de los musulmanes como lo dejó quien fuera mejor que yo, el Mensajero de Alá

Luego dirigió estas palabras, a quienes participaban en la asamblea (Shura):

Cuando muera consúltense mutuamente durante tres días, pero que no os sobrevenga el cuarto, sin que hayan elegido el Califa de entre vosotros.

Por temor a Alá y por su piedad, Omar t no nombró como participante de la asamblea a su primo Said Ibn Zaid Ibn Amr Ibn Nafil t. Omar temía que éste fuese elegido por el respeto y consideración que tenían por el Califa. Por esto no lo nombró como integrante, a pesar de ser uno los que se le habría albriciado con el paraíso en vida.

También aconsejó Omar t a los miembros de la Shura diciéndoles:

Os dejo a mi hijo Abdullah para que lo consultéis en caso de necesidad, pero no para ser elegido.

Así, se reunieron luego de la muerte de Omar siendo elegido ‘Uzmán Ibn Affan t como tercer Califa. Se aprestaron los musulmanes a jurarle fidelidad, siendo el primero en hacerlo de ellos, Ali Ibn Abi Talib t.

7 - ‘Uzmán, recopila el Corán

Durante el Califato de Abu Bakr , y por consejo de Omar Ibn Al-Jattab t estableció el Califa que se recopilara el Corán en un solo libro; y confió la supervisión de esta obra majestuosa al ilustre Sahabi, Zaid Ibn Zabit t.

Este era sin duda, el más indicado para hacerlo, por ser quien memorizaba el Corán en su totalidad y por ser uno de los escribas que más tiempo había permanecido junto al Profeta r cuando recibía la revelación.

Cooperaron con Zaid Ibn Zabit t durante la recopilación, un gran número de memorizadores del Corán, y también quienes lo escribían al ser revelado. Fue tan cauto y minucioso en su recopilación, que no caben dudas de su certificación.

De esta manera, las aleyas que se encontraban en el corazón de los memorizadores, o las que estaban escritas sobre pieles, se condensaron en un solo libro, ordenándose las suras y aleyas.

Este ejemplar fue guardado por Abu Bakr t y luego de su muerte lo custodió Omar t.

Durante el Califato de Omar Ibn Al-Jattab t y posteriormente en el de ‘Uzmán t la nación islámica comenzó a expandirse, por lo que el Sagrado Corán se convirtió en la legislación de una gran nación, que abarcaba un extenso territorio formado por numerosos pueblos, quienes poseían cada uno de ellos, un idioma y un coloquio particular, evidenciándose un peligro por las diferencias en su lectura, (presentando consigo discrepancias en su interpretación y aplicación).

Quien descubrió este peligro fue el Sahabi, Hudeifa Ibn Al-Iaman t durante una batalla, por lo que prestamente se dirigió al Califa y le dijo:

¡Emir de los creyentes! Advierte a esta nación antes que discrepen con su Libro, como lo hicieron quienes nos precedieron.

De inmediato ordenó ‘Uzmán t a los Sahabas reunirse y les consultó sobre este importante tema. Ordenó que se escribiera el Corán en una sola tipografía para que coincidieran los musulmanes de esa época y para siempre, en una única forma de lectura. Le solicitó esto a Zaid Ibn Zabit t, quien era uno de los escribas de la revelación y recopilador del Mensaje en épocas de Abu Bakr.

Al completar esta magnífica labor, ordenó el Califa realizar varias copias y envió a cada provincia un ejemplar; convirtiéndose y conociéndose desde aquella época hasta nuestros días como "La copia de ‘Uzmán".Fue ese primer Corán la base fundamental.-

Destacándo ‘Uzmán t, por ser uno de los escribas durante la revelación del Sagrado Coran.-

Es importante mencionar aquí, que la expansión del Islam desde el Califato de Abu Bakr y el de Omar t se extendió con ‘Uzmán t hasta abarcar gran parte de Asia y África.-

8.- descontento entre los musulmanes

Con las conquistas, comenzaron a incrementarse los bienes de algunos musulmanes, creándose dos grupos:

• El de los terratenientes, quienes compraban grandes extensiones de tierra y construían palacios, y

• El de gente humilde y disconforme con estos últimos, incluso expresando su desacuerdo con los gobernantes.

Fue Abu Dhar Al-Ghafari t quien inició una protesta contra estos ricos e invitó a apiadarse de los pobres, comenzando así las primeras reacciones populares en el Califato de ‘Uzmán.

Abdallah Ibn Saba' quien abrazó al Islam de palabra pero no de corazón, comenzó con una difamación sistemática contra el Islam y su gobierno, encontrando en muchas provincias eco a su convocatoria, logrando crear un malestar generalizado, a expensas de la tolerancia del Califa ‘Uzmán y su avanzada edad.

Coincidiendo con la peregrinación a la Kaaba, ‘Uzmán t reunió a los responsables de las provincias analizando junto a ellos la situación por el malestar que reinaba, expresándole éstos, que no existían acusaciones y que eran absurdas las convocatorias.-

A la sombra de estos acontecimientos, los disidentes se trasladaron a Medina para entrevistarse con el Califa, discutiendo enérgicamente la política trazada. Posteriormente, asediaron su casa y lo atacaron, hasta darle muerte, a pesar de los intentos de defensa por parte de Al-Hasan, Al-Hussein, y Abdullah Ibn Az-Zubeir t.-

Es de destacar que, cuando fue asesinado el Califa ‘Uzmán t, se encontraba leyendo el Sagrado Corán.-

9 – El legado de ‘Uzmán

Al morir, como mártir, fueron resguardadas las pertenencias de ‘Uzmán t, encontrándose un cofre que contenía un pliego en forma de testamento, que decía:

"En el nombre de Alá, Clemente, Misericordioso. ‘Uzmán Ibn Affan, atestigua que no hay más divinidad salvo Alá, quien no tiene asociados, y atestigua que Muhammad es su Siervo y Mensajero. Que el paraíso es verdadero. Que Alá, resucitará a quienes están en las tumbas en un día innegable (el día del Juicio) Y que Alá no falta a su promesa. Según esta fe; he vivido y he muerto y, según esta fe seré resucitado, si Alá así lo desea".

Que Alá tenga misericordia de ‘Uzmán y se complazca con él.

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